El amarillo hace llorar más a los bebés, el verde
les concentra, el violeta potencia la creatividad...
Según
los psicólogos, el color con el que se decide pintar la habitación de los niños
influye en su personalidad y desarrollo. Aseguran los expertos que el amarillo
hace llorar más a los bebés, que el verde relaja, el violeta fomenta la
creatividad... Si está a punto de realizar una reforma en casa que incluye la
habitación de sus hijos, le recomendamos que tenga en cuenta las pautas que
Andreu Guardi, experto en psicología del color de Jotun —empresa especialista
de pinturas—:
El
color azul transmite profundidad, profesionalidad y estabilidad. Es el
color del cielo y del océano y, por lo tanto, el que más nos rodea. Sus efectos
son relajantes ya que el color azul calma la mente y facilita la concentración.
Asimismo, reduce el apetito y disminuye el miedo y la tensión. Por este motivo,
es el color más utilizado en los dormitorios.
Dentro
de los colores fríos, el verde es el otro color por excelencia, junto al
azul. Es el color de la vida y de la naturaleza, haciéndonos sentir seguros y
aumentando el sentimiento de confianza. El verde es el color con el que más
descansa el ojo humano, al tiempo que tranquiliza, reduce el estrés y favorece
la relajación. Es el color que más ayuda a la concentración y estudio de los niños
y, por ello, es muy utilizado para decorar zonas de estudio y escuelas.
El
amarillo es el color del sol y de la luz. Cuando este color es intenso
está contraindicado para los bebés porque les hace llorar más. El amarillo, en
sus distintas tonalidades, está más indicado para decorar salones y espacios
pequeños y con poca luz, como recibidores y pasillos.
El
color blanco representa la inocencia, la virtud, la pureza, la bondad y
la paz. Es clave para crear ambientes luminosos, serenos y tranquilos. En las
estancias donde predomina el color blanco en sus distintos tonos, se crea una
atmósfera de armonía y serenidad que favorece el descanso.
El
lila es el color de la realeza, el poder, la ambición, el lujo y la
sofisticación. Es un color que transmite sabiduría y espiritualidad, al tiempo
que también es el color asociado al misterio y la magia. El color lila tiene
muchos efectos positivos sobre las personas ya que estimula la creatividad,
relaja, favorece el sueño y reduce la impaciencia. Por este motivo es ideal para
pintar habitaciones infantiles.
El
color marrón es el color de la tierra y de la madera. Nos conecta con la
naturaleza, generando un sentimiento de seguridad que favorece las sensaciones
de confort y equilibrio. En sus distintas tonalidades, el marrón es el color
perfecto para las habitaciones donde se quiera crear un ambiente confortable y
acogedor.
Si
queremos crear un ambiente cálido y lleno de energía, el mejor color es el naranja,
ya que combina la energía y calidez del rojo con la felicidad del amarillo. El
color naranja disminuye la irritabilidad, estimula la mente y anima el espíritu.
El
rojo es el color del fuego, la pasión, el deseo y el amor. Muy visible,
el rojo es el color excitante por excelencia ya que aumenta la presión sanguínea
y acelera el metabolismo. Aumenta el interés y el entusiasmo, así como el
apetito. Si es un tono intenso estimula a los niños a la actividad.
Por último,
el color rosa es el color de la feminidad, la inocencia, la suavidad y
la salud. Es el color de los sueños y la fantasía y por esto es perfecto para
crear ambientes relajantes en habitaciones infantiles (en sus tonalidades más
suaves).