viernes, 22 de mayo de 2015

LA HABITACIÓN DEL BEBE Y SU COLOR




El amarillo hace llorar más a los bebés, el verde les concentra, el violeta potencia la creatividad...

Según los psicólogos, el color con el que se decide pintar la habitación de los niños influye en su personalidad y desarrollo. Aseguran los expertos que el amarillo hace llorar más a los bebés, que el verde relaja, el violeta fomenta la creatividad... Si está a punto de realizar una reforma en casa que incluye la habitación de sus hijos, le recomendamos que tenga en cuenta las pautas que Andreu Guardi, experto en psicología del color de Jotun —empresa especialista de pinturas—:


El color azul transmite profundidad, profesionalidad y estabilidad. Es el color del cielo y del océano y, por lo tanto, el que más nos rodea. Sus efectos son relajantes ya que el color azul calma la mente y facilita la concentración. Asimismo, reduce el apetito y disminuye el miedo y la tensión. Por este motivo, es el color más utilizado en los dormitorios.


Dentro de los colores fríos, el verde es el otro color por excelencia, junto al azul. Es el color de la vida y de la naturaleza, haciéndonos sentir seguros y aumentando el sentimiento de confianza. El verde es el color con el que más descansa el ojo humano, al tiempo que tranquiliza, reduce el estrés y favorece la relajación. Es el color que más ayuda a la concentración y estudio de los niños y, por ello, es muy utilizado para decorar zonas de estudio y escuelas.


El amarillo es el color del sol y de la luz. Cuando este color es intenso está contraindicado para los bebés porque les hace llorar más. El amarillo, en sus distintas tonalidades, está más indicado para decorar salones y espacios pequeños y con poca luz, como recibidores y pasillos.


El color blanco representa la inocencia, la virtud, la pureza, la bondad y la paz. Es clave para crear ambientes luminosos, serenos y tranquilos. En las estancias donde predomina el color blanco en sus distintos tonos, se crea una atmósfera de armonía y serenidad que favorece el descanso.


El lila es el color de la realeza, el poder, la ambición, el lujo y la sofisticación. Es un color que transmite sabiduría y espiritualidad, al tiempo que también es el color asociado al misterio y la magia. El color lila tiene muchos efectos positivos sobre las personas ya que estimula la creatividad, relaja, favorece el sueño y reduce la impaciencia. Por este motivo es ideal para pintar habitaciones infantiles.


El color marrón es el color de la tierra y de la madera. Nos conecta con la naturaleza, generando un sentimiento de seguridad que favorece las sensaciones de confort y equilibrio. En sus distintas tonalidades, el marrón es el color perfecto para las habitaciones donde se quiera crear un ambiente confortable y acogedor.


Si queremos crear un ambiente cálido y lleno de energía, el mejor color es el naranja, ya que combina la energía y calidez del rojo con la felicidad del amarillo. El color naranja disminuye la irritabilidad, estimula la mente y anima el espíritu.


El rojo es el color del fuego, la pasión, el deseo y el amor. Muy visible, el rojo es el color excitante por excelencia ya que aumenta la presión sanguínea y acelera el metabolismo. Aumenta el interés y el entusiasmo, así como el apetito. Si es un tono intenso estimula a los niños a la actividad.


Por último, el color rosa es el color de la feminidad, la inocencia, la suavidad y la salud. Es el color de los sueños y la fantasía y por esto es perfecto para crear ambientes relajantes en habitaciones infantiles (en sus tonalidades más suaves).